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Gracias a herramientas como el WiFi Planning, sacarle el máximo partido a la red está al alcance de cualquier organización

El WiFi sostiene al mundo. En pocas décadas, esta tecnología ha revolucionado por completo la manera de comunicarse, trabajar y, en definitiva, vivir. Ahora todo reside en Internet y en la nube. En consecuencia, el más mínimo incidente en el WiFi puede acarrear consecuencias catastróficas para las compañías. Aun así, muy pocas comprenden su funcionamiento. Muchas de ellas desperdician su potencial, incurriendo en gastos innecesarios al contratar más potencia. Una buena gestión del WiFi Planning aprovecha al máximo el Internet disponible y ayuda a evitar estos costes.

Hay una serie de pasos que se deben seguir a la hora de realizar la instalación de una red WiFi. El primero de ellos consiste en la definición de las ubicaciones de los diferentes puntos de acceso, aunque al principio sea de manera aproximada. A esta etapa se la conoce como WiFi Planning. En esta parte del proceso se establecen los elementos y las condiciones del área en la cual se va a desplegar la infraestructura.

Antes de instalar el WiFi, existen un conjunto de factores a tener en cuenta. Tanto la localización de los puntos de acceso como los materiales empleados en la construcción ejercen una gran influencia sobre la cobertura. No hay que dejar nada al azar, pues hasta el más mínimo detalle afecta a la recepción de la señal. Para potenciarla, hay comportamientos que se deben esquivar. El diseño de los espacios con obstáculos o el uso de materiales que bloquean o debilitan las ondas son algunos de los grandes enemigos a combatir.

Debido a estas razones, la tarea de planificación de la infraestructura LAN inalámbrica es indispensable. Este esfuerzo previo resulta de gran ayuda para determinar la cantidad de puntos de acceso necesarios para cubrir toda el área y asegurar el buen funcionamiento del WiFi. De esta forma, se reducen los costes derivados de adquirir más puntos de acceso de los realmente imprescindibles. También sirve de guía para definir la ubicación de cada uno, pues con una colocación adecuada se evita que la señal sufra atenuaciones por el camino.

Encontrar la ubicación adecuada para los puntos de acceso

A pesar de que parezca un aspecto banal, el emplazamiento del router y los puntos de acceso juega un papel muy relevante. Si las ondas WiFi encuentran obstáculos en su camino se reduce su intensidad, y llegarán a los dispositivos con menor fuerza. En consecuencia, la velocidad de carga se verá gravemente afectada.

Asimismo, es importante tener precaución con todos los aparatos que emiten frecuencias, ya que interfieren en la señal y contribuyen a restarle potencia. Para facilitar que las ondas no pierdan fuerza en su trayecto, es aconsejable ubicar los puntos de acceso en lugares elevados, huyendo de las zonas más recónditas.

El WiFi Planning es el momento oportuno para reflexionar y decidir desde qué lugares se van a realizar las conexiones en el futuro. Una vez están definidas, se deben situar los puntos de acceso lo más cerca posible. De esta forma, los equipos recibirán la señal con mayor intensidad.

Pero la localización de los puntos de acceso no es la única cuestión relevante en el WiFi Planning. Es fundamental determinar el número de dispositivos. ¿Cuántos son necesarios para cubrir toda el área de manera eficiente? El verdadero reto consiste en garantizar la cobertura en todos los rincones con la mínima cantidad de puntos de acceso.